La ciencia no para de confirmar, frente a los prejuicios ideológicos de género que hombres y mujeres somos distintos desde el primer momento de nuestra existencia, que la dualidad hombre-mujer es constitutiva en la especie humana y que -aunque los factores culturales influyen profundamente en la modalización de lo masculino y femenino en cada época- niños y niñas desde el primer momento presentan características no sólo físicas sino también psicológicas y emocionales diferentes y previas a las influencias culturales y familiares.
El reportaje de investigación emitido por la TV noruega que se puede consultar en este mismo boletín pone de manifiesto, una vez más, como los datos ratifican esta diferencia constitutiva de los niños y niñas y cómo su negación es un prejuicio ideológico ajeno a la realidad de las cosas.
Contra esta evidencia, algunos gobiernos y parlamentos siguen empeñados en hacerle el juego a la ideología de género aun a costa de violar la libertad de pensamiento propia de las sociedades democráticas y libertades básicas como la de educación aprobando leyes que pretenden imponer los prejuicios de género en todas las instancias de la vida pública y privada como sucede en la ley recientemente aprobada por el Parlamento Gallego que se analiza detalladamente en este mismo boletín.
Las personas que se dejan engañar por los postulados de género en la visión de su propia sexualidad corren un grave riesgo de equivocarse profundamente sobre una parte esencial de su personalidad. Es por tanto, muy importante hacer frente a esta confusión ideológica que tanto daño puede causar a tantas personas.